"Afeitarse o no afeitarse, esa es la cuestión." Así se lo debió tomar el hombre que sigue manteniendo el récord Guiness de la barba más larga de la historia, Hans Steininger, cuya muerte por barba es de las más absurdas de la historia.
Hans Steininger fue un austríaco muy conocido en su época por tener una barba terriblemente larga. Tanto cuidó su barba que llegó a conseguir el récord Guiness (aún no se ha superado) por tener la barba más larga del mundo. La barba llegó a medir casi un metro y medio de largo, casi lo mismo que su estatura. Su barba era su pasión y su objeto de obsesión como fue el anillo del poder de El Señor de los anillos para Gollum. Le dedicaba horas a su cuidado para que los los cabellos siguieran fuertes y no se rompieran por el peso de esta. Para Hans cualquier labor rutinaria suponía un esfuerzo al tener que cargar con tal peso. Incluso para caminar tenía que recogerla alrededor de los hombros para no tropezar con ella.
Un buen día de 1567, un incendio asoló la ciudad de Hans. Intentando huir de las llamas el devoto barbudo pasó por alto una de las acciones que más veces repetía a lo largo del día: caminar. Hans olvido recogerse la barba antes de echarse a correr, por lo que se enredó con su propia barba tropezando y rompiéndose el cuello en la caída.
No sé vosotros, pero aunque llame la atención superar un récord Guiness, prefiero vivir ya que las obsesiones por una meta pueden llegar a ser verdaderamente engañosas hasta el punto de morir por ella. La obsesión de algunas mujeres por su cabello no tiene nada que envidiarle a la obsesión de algunos hombres por su barba. La muerte de este hombre por culpa de su barba está considerada entre las muertes más absurdas de la historia. Si hay algo seguro es que Hans Steininger ha pasado a la historia por su barba.
Moraleja: Hay que afeitarse más de vez en cuando y el darse cuenta de que un signo de prestigio social puede costarnos la vida.
Aquí os dejo una foto de la barba más larga de la historia. Impresiona.
Blog universitario sobre el fascinante mundo de las barbas, con el único propósito de buscar personas afines para compartir y conocer todo lo relacionado con el vello facial
viernes, 29 de noviembre de 2013
lunes, 25 de noviembre de 2013
Un Bigote por una buena causa
Noviembre, como
cada año desde 2007, acoge la causa solidaria Movember, dedicada a los
problemas de salud masculinos, y especialmente al cáncer de próstata.
La campaña consiste en dejarse crecer bigote (por eso habéis visto tantos últimamente) para que al ser preguntado por este, se aproveche para hablar sobre la campaña Movember e ir así extendiéndose la red solidaria. La campaña Movember se realiza en diversos países, donde se realizan acciones solidarias y recogidas de donativos destinados a organizaciones dedicadas al estudio de las enfermedades masculinas.
Esta práctica
comenzó en 2004 en Melbourne, Australia, donde un grupo de amigos decidió
dejarse crecer el bigote como forma de apoyar a un amigo suyo que sufría cáncer
de próstata.
La original idea se exporto rápidamente y a nuestro país llego aproximadamente en 2007, cambiando para siempre la visión de este mes de noviembre y llenándola de pelo, aunque cada año va siendo mas conocida, en parte gracias al avance en las redes sociales, siendo cada año mas exitoso en su difusión que el anterior y teniendo mas aparición mediática gracias a personajes conocidos que se suman a esta iniciativa.
Actores, presentadores, futbolistas,…. Todos a favor de una buena causa en la que no es necesario que el bigote que cubra la cara sea de uno propio, muchas mujeres, por ejemplo se suman a esta buena causa. Y es que aunque no puedan dejarse crecer el bigote, toda colaboración y ayuda es siempre bien recibida, y, para darle un toque original a la campaña, las cuestiones estéticas son resueltas con mucha originalidad.
viernes, 22 de noviembre de 2013
La barba de los "malos"
Los villanos en la historia del cine han sido caracterizados de mil maneras distintas: capas oscuras, una cicatriz, un parche o un ojo tuerto, una máscara, la cara pintada de mala manera, una voz siniestra, una risa malévola, una tragedia que ha marcado su vida, gestos faciales extraños, un trauma, un amor destrozado... y las barbas.
Aunque con esto de las modas -que si se lleva ahora la barba o no se lleva- también hay muchos héroes o "buenos" que la llevan, los villanos o "malos" muchas veces se les ha representado con barbas excéntricas, perillas, barbas de chivo, barbas muy pobladas, barbas con formas raras, etc. Todo ello ha provocado un estudio que demuestra que nuestro cerebro considera amenazante o peligroso una barbilla puntiaguda provocada por el pelo, aunque estos personajes rechazan etiquetas y no limitan las posibilidades del catálogo barbudo.
Echemos un vistazo a una lista de villanos del cine cuya barba forma parte de su identidad y que sin ellas el personaje no sería lo mismo.
1. Hans Gruber
Sin duda es uno de los villanos más elegantes del séptimo arte. Hans Gruber interpretado por el grandioso actor Alan Rickman es el "malo" de la original "Jungla de Cristal" (John McTiernan, 1988) y es un referente como gran oponente del héroe de acción de turno. Su barba-perilla perfecta es una sus señas de identidad.
2. Calvin Candie
Aunque es un villano bastante actual, seguramente será recordado como el gran oponente esclavista del vengativo Django. Interpretado por un insólito Leonardo DiCaprio en Django desencadenado (Quentin Tarantino, 2012), Calvin es un esclavista que vive en una mansión y es propietario de una infame plantación llamada Candyland donde trabaja forzosamente la esposa de Django. Un Leonardo ególotra y arrogante cuya barba se mesa constantemente dando la visión de un tipo calculador al que no le se escapa nada.
3. Ra´s al Ghul
Otra barba mítica es la de este personaje interpretado por Liam Neeson en "Batman Begins" (Christopher Nolan, 2005). Ra´s al Ghul pasa de ser el mentor de Batman (Christian Bale) a ser uno de sus más temibles enemigos con su barba inconfundible y cuyo verdadero objetivo es destruir Gotham junto con la Liga de los Asesinos, la cual el es su líder. El nombre de Ra´s al Ghul significa la Cabeza del Demonio.
4. Capitán Barbossa
Es el villano de la primera parte de la saga de Piratas del caribe: La Perla Negra (Gore Verbinski, 2003). El que le quita el barco al gran Capitán Jack Sparrow es el Capitán Barbossa, que es interpretado por Geoffrey Rush. Como su propio nombre indica, sería imposible concebir a este personaje sin esta barba tan característica y el cual, el origen de su nombre "Barbossa" está basado en el apellido español/portugués Barbarrossa, también conocido como el pirata Barbaroja o Redbeard.
5. Séneca Crane
El "malo" de los Juegos del Hambre es el que tiene una barba perfectamente afeitada y de manera bastante curiosa, que con solo verla ya sabemos que es el malo (aunque no el malo final). Con una barba que parece un demonio, nos preguntamos si quizás esta barba no es demasiado estereotipada. Le falta un tridente, unos cuernos y la cola. Interpretado por Wes Bentley ( Gary Ross, 2012), este villano es el vigilante de los 74º Juegos del Hambre y no es que precisamente acabe muy bien en la película. Según el actor Wes Bentley, tardaban dos horas en prepararle esa barba todos los días durante el rodaje de la peli.
6. El Mandarín
Este villano terrorista es simplemente inmejorable como el antagonista del gran Iron Man o Tony Stark, como prefieran llamarlo. El Mandarín es interpretado por el magnífico actor Ben Kingsley y es el villano de la tercera entrega de Iron Man (Shane Blake, 2013). Un villano muy mediático que quiere hacer el máximo daño a los EEUU y más a Iron Man y que está representado como un típico terrorista exótico con su aún más típica barba larga y vestimenta extraña.
7. Jafar
Uno de los villanos más carismáticos de las pelis de dibujos animados de Disney es Jafar. El "malo" de Aladin es un hechicero y el ex gran visir del Sultán de Ágrabah. Jafar es alto, tiene un gran turbante y hombreras y ante todo una retorcida barba (nunca mejor dicho) y hará cualquier cosa para conseguir la lámpara mágica y obtener su poder. El único que podría impedirlo es Aladin con ayuda del genio.
8. Davy Jones
Es el villano principal con forma de un mítico demonio de los mares de la segunda y tercera entrega de la saga de Piratas del Caribe. Ya mencionamos antes al Capitán Barbossa y su barba, no se queda atrás el malo final de esta grandiosa saga, el cual es el Capitán del barco "El Holandés Errante". Interpretado por Bill Nihgy, es el principal villano de "Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto" ( Gore Verbinski, 2006). La barba de este villano es para mi la más curiosa de todos estos "malos", ya que su barba está representada por sus tentáculos que forman parte de su cabeza con forma de pulpo. Esta barba-tentáculos le sirve para sujetar objetos como la llave del cofre como podemos ver en la peli.
Aunque con esto de las modas -que si se lleva ahora la barba o no se lleva- también hay muchos héroes o "buenos" que la llevan, los villanos o "malos" muchas veces se les ha representado con barbas excéntricas, perillas, barbas de chivo, barbas muy pobladas, barbas con formas raras, etc. Todo ello ha provocado un estudio que demuestra que nuestro cerebro considera amenazante o peligroso una barbilla puntiaguda provocada por el pelo, aunque estos personajes rechazan etiquetas y no limitan las posibilidades del catálogo barbudo.
Echemos un vistazo a una lista de villanos del cine cuya barba forma parte de su identidad y que sin ellas el personaje no sería lo mismo.
1. Hans Gruber
El villano de Jungla de Cristal |
Sin duda es uno de los villanos más elegantes del séptimo arte. Hans Gruber interpretado por el grandioso actor Alan Rickman es el "malo" de la original "Jungla de Cristal" (John McTiernan, 1988) y es un referente como gran oponente del héroe de acción de turno. Su barba-perilla perfecta es una sus señas de identidad.
2. Calvin Candie
"Leonardo DiCaprio de villano" |
3. Ra´s al Ghul
Liam Neeson en el papel del villano Ra´s al Ghul |
4. Capitán Barbossa
"Capitán Barbossa, el archienemigo del Capitán Jack Sparrow" |
5. Séneca Crane
"El villano Seneca Crane es el vigilante de los Juegos del Hambre" |
6. El Mandarín
"El terrorista conocido como El Mandarín intentará destruir a Iron Man" |
7. Jafar
" Jafar , el terrible hechicero que hará cualquier cosa por conseguir la lámpara mágica" |
8. Davy Jones
"Davy Jones, un villano mítico de una saga mítica" |
Es el villano principal con forma de un mítico demonio de los mares de la segunda y tercera entrega de la saga de Piratas del Caribe. Ya mencionamos antes al Capitán Barbossa y su barba, no se queda atrás el malo final de esta grandiosa saga, el cual es el Capitán del barco "El Holandés Errante". Interpretado por Bill Nihgy, es el principal villano de "Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto" ( Gore Verbinski, 2006). La barba de este villano es para mi la más curiosa de todos estos "malos", ya que su barba está representada por sus tentáculos que forman parte de su cabeza con forma de pulpo. Esta barba-tentáculos le sirve para sujetar objetos como la llave del cofre como podemos ver en la peli.
miércoles, 20 de noviembre de 2013
El sentido de la barba
La barba según... Orson Welles.
"En el cine todo es mentira. Cualquier historia no es más que un engaño adornado y justificado. La vida nada tiene que ver con la gran pantalla; se proyecta como si fuese un reflejo de la realidad, pero, aunque pueda estar basado en ella, no posee los matices necesarios. No digo esto con ánimo de contar una verdad o de abrir los ojos a nadie, sino como defensa de ese mal necesario a la hora de narrar un hecho cámara en mano. Una película se basa en la poesía para llegar al espectador, no le vale con grabar a una serie de actores interpretando algo, debe contarlo de una manera particular, con un ritmo; y debe marcarlo la propia cinta, pues se trata de un producto directo, no de doble vía. Por lo tanto, hay una serie de condicionantes necesarios para realizar buen cine: decorados, vestuario, luz,... si uno sólo tiene buenos intérpretes, un buen guión y aunque tenga al mejor director, el producto final carecerá de la ambientación necesaria para convencer al consumidor.
Un claro ejemplo podría ser mi barba. En diversas películas me he dejado este atributo como parte esencial de mi personaje, mientras que en otras hubiese sido una incongruencia. Recuerdo como en Ciudadano Kane, mi primer gran papel, representaba a Charles Foster: un hombre rico, arrogante y seguro de sí mismo. Yo quise darle esa sensación de poder de la que mi avatar gozaba, pero me di cuenta de que en esa época no era una práctica habitual entre las élites americanas, por lo que al final únicamente me dejé bigote. En El tercer hombre se me antojó imposible lucir el más mínimo pelo como un espía. Y, por el contrario, en El proceso o en Míster Arkadin el guión me exigía dejarme una profunda y larga barba que mostrase la personalidad del hombre sin necesidad de mencionar palabra, únicamente a través de la imagen. La mentira del cine se basa en el engaño gracias a la percepción -como también se ve en la cotidianidad de la vida-, pero ésta se halla condicionada por el azar de sus protagonistas y no manipulada por el director de un producto.
Obviamente se trata de una manipulación conocida y aceptada por el público, pero no se debe olvidar que en el cine, así como en todos sus hermanos culturales, por mucho que se pueda mostrar a través de una pantalla, al final no es más que una máquina de sueños; y que una vez fuera de ésta, la realidad no siempre conlleva un final feliz o una salida fácil como en la mayoría de las historias de Hollywood. Y por ese motivo, sólo se nos debería permitir soñar fuera de nosotros, por nuestra propia seguridad."
"En el cine todo es mentira. Cualquier historia no es más que un engaño adornado y justificado. La vida nada tiene que ver con la gran pantalla; se proyecta como si fuese un reflejo de la realidad, pero, aunque pueda estar basado en ella, no posee los matices necesarios. No digo esto con ánimo de contar una verdad o de abrir los ojos a nadie, sino como defensa de ese mal necesario a la hora de narrar un hecho cámara en mano. Una película se basa en la poesía para llegar al espectador, no le vale con grabar a una serie de actores interpretando algo, debe contarlo de una manera particular, con un ritmo; y debe marcarlo la propia cinta, pues se trata de un producto directo, no de doble vía. Por lo tanto, hay una serie de condicionantes necesarios para realizar buen cine: decorados, vestuario, luz,... si uno sólo tiene buenos intérpretes, un buen guión y aunque tenga al mejor director, el producto final carecerá de la ambientación necesaria para convencer al consumidor.
Un claro ejemplo podría ser mi barba. En diversas películas me he dejado este atributo como parte esencial de mi personaje, mientras que en otras hubiese sido una incongruencia. Recuerdo como en Ciudadano Kane, mi primer gran papel, representaba a Charles Foster: un hombre rico, arrogante y seguro de sí mismo. Yo quise darle esa sensación de poder de la que mi avatar gozaba, pero me di cuenta de que en esa época no era una práctica habitual entre las élites americanas, por lo que al final únicamente me dejé bigote. En El tercer hombre se me antojó imposible lucir el más mínimo pelo como un espía. Y, por el contrario, en El proceso o en Míster Arkadin el guión me exigía dejarme una profunda y larga barba que mostrase la personalidad del hombre sin necesidad de mencionar palabra, únicamente a través de la imagen. La mentira del cine se basa en el engaño gracias a la percepción -como también se ve en la cotidianidad de la vida-, pero ésta se halla condicionada por el azar de sus protagonistas y no manipulada por el director de un producto.
Obviamente se trata de una manipulación conocida y aceptada por el público, pero no se debe olvidar que en el cine, así como en todos sus hermanos culturales, por mucho que se pueda mostrar a través de una pantalla, al final no es más que una máquina de sueños; y que una vez fuera de ésta, la realidad no siempre conlleva un final feliz o una salida fácil como en la mayoría de las historias de Hollywood. Y por ese motivo, sólo se nos debería permitir soñar fuera de nosotros, por nuestra propia seguridad."
lunes, 18 de noviembre de 2013
El uso de la barba en el Antiguo Egipto
El uso de la barba en el Antiguo Egipto
A muchos nos es familiar la imagen, trasmitida a través de
la industria cinematográfica, de la clase alta del imperio egipcio presentarse
en sociedad con la cabeza afeitada y ningún atisbo de vello facial, pero sin
embargo al ver los sarcófagos que contienen los restos de grandes
personalidades del esta civilización, encontramos en estos una representación
de lo que seria una perilla como algo habitual.
Si la practica común era estar afeitado, ¿a que se debe este
detalle en los sarcófagos?¿Era acaso
un símbolo relacionado con la muerte? ¿O la imagen que nos ha llegado es una
farsa?
En el Antiguo Egipto, el pelo largo o la barba solían ser un
símbolo de dejadez, algo bárbaro que acarreaba la presencia de parásitos, así
como algo molesto debido al clima de la zona, el cual no invita a cubrir de
pelo la cabeza o cara.
Sin embargo, algunas personalidades, vease el faraón, no
estaban sujetos a la higiene o al clima para basar su imagen, por lo que según
algunos escritos y estatuas que se han encontrado, el dejarse únicamente una
perilla larga, solamente el mentón, era un símbolo de poder, y solía ser
adornada trenzándose en ellas hilos dorados.
Esa es la perilla que se encuentra habitualmente en los sarcófagos
y que suele estar representada en color azul para imitar el color del que se creía
que era el cabello de los dioses.
La barba era también un símbolo de madurez, estableciéndose
el primer afeitado como un momento de transito a la edad adulta.
Los egipcios eran una civilización donde las modas eran de
gran importancia entre las clases altas, por los que la presencia de barba y el
tipo sufrieron variaciones a lo largo de de los siglos y en muchos de los casos
as modificaciones se debieron a la influencia de extranjeros.
Durante el Imperio Antiguo, entre el 2700 a.C. y el 2200 a. C, la moda fue que los hombres luciesen un bigote muy fino, de estilo muy actual podríamos decir, como se ha podido comprobar en la estatua del príncipe Rahotep, hermano de Keops.
Durante el Imperio Nuevo sin embargo, la moda cambio a una
perilla cuadrada, como símbolo de sabiduría y posiblemente como consecuencia de
una influencia extranjera, especialmente de la cultura griega donde la barba
era un símbolo de sabiduría y experiencia.
Sin embargo todas estas modas en lo relativo a la barba tan
solo afectaban a las clases mas adineradas, que se podían permitir el asearse
adecuadamente y evitar la presencia de parásitos, entre las clases mas humildes
lo habitual y casi obligatorio por la vida que llevaban como agricultores, era
el total afeitado de cara y cabeza, exceptuando los rituales funerarios, en los
que la practica común era que el primogénito del fallecido se dejarse crecer la
barba durante el luto, que duraba setenta días.
Por tanto esta civilización era tan esclava de los designios
de la moda como lo podríamos ser hoy día, lo que nos plantea hasta que punto
estaba avanzada su cultura respecto a sus coetáneos y podían permitirse el lujo
de dedicar mucho tiempo a aspectos tan banales como la moda.
martes, 12 de noviembre de 2013
La interpretación de la barba
La barba según... William Shakespeare.
"El arte de la interpretación requiere no sólo habilidad, sino una transfiguración completa de la persona en otro ser, a pesar de la fractura que éste puede causarle. Para alcanzar la perfección no se debe escatimar en los recursos disponibles, y todo detalle se convierte en pieza clave, pues ahí reside la personalidad del personaje. Yo, como autor, aplico esta máxima en mí mismo, y no lo hago únicamente como ejemplo hacía los demás; lo hago para sacar lo mejor de mí como dramaturgo. Por ello, si en la obra en la que trabajo, el protagonista, o el antagonista, debe llevar barba, no debo yo ser menos que lo que escribo. Para una mimetización completa, debo convertirme en lo que veo, experimentar lo que escribo y sentir lo que cuento.
No se puede dar validez a algo que se desconoce. Si uno decide contar la historia de un usurero, un ser capaz de llegar al límite por sus creencias, de apostar todo lo que tiene por alcanzar una meta y vencer a lo imposible, carece de lógica alguna que intente plasmarlo en papel cuando él jamás sería capaz de realizar una tarea semejante. La fortaleza de los personajes reside justamente en su proximidad con la realidad, y no hay mayor realidad que la sufrida en carne propia. Si quiero vislumbrar la perfección -independientemente del éxito-, volverme inmortal y ver mi nombre llegar más allá de mi persona, no hay otro medio que a través de mis obras, de mis creaciones. Yo solo, sin mi pluma, no soy nadie. Si adquiero valor como artista es gracias a mis personajes, y éstos, para no desaparecer nada más caer el telón, deben ser más reales que la propia realidad; deben llegar allá donde su reflejo se detiene, superar la imaginación de sus coetáneos y rozar lo extremo de los sentimientos. Sólo aquello capaz de conmover es digno de recordarse, y no hay hombre que haya podido preservar su nombre, sea real o ficticio, sin traspasar la barrera de lo racional.
Colectivamente, como sociedad, nos comportamos según dictan las normas impuestas de la época, pero como individuos, si despertamos nuestra parte animal, alcanzamos cotas que asustan a los más osados. Lo que quiero decir es que sólo los extremos, como la muerte, la venganza, el odio, el amor o la derrota son menester para la Historia. Escribo de lo que temo; temo lo que desconozco; desconozco lo inalcanzable; y es ahí, para desgracia del escritor, donde le aguarda a uno su destino. No he de escatimar todos los recursos de que disponga para alcanzarla, sean físicos o morales, y si mi impulso hacia el papel se convierte en mi ruina como hombre, también puede significar mi puerta hacia la salvación."
jueves, 7 de noviembre de 2013
La evolución de la barba
La barba según...Darwin.
"¿De dónde viene la barba? ¿Acaso es una parte de los restos del pelaje que poseían nuestros antepasados cuya función radicaba en protegernos del frío? Seguramente. Si pongo en práctica mi teoría de la evolución, anteriormente, todo nuestro cuerpo estaba cubierto por un pelaje, como pudiera ser el que tienen ciertos animales hoy en día, del cual nos hemos desprendiendo poco a poco debido a que lo hemos ido sustituyendo por pieles y otras formas de abrigarnos, y ha terminando por perder su función. Pero, entiendo yo, que conservamos entonces aquél que todavía nos hace falta como es el vello facial. A partir de aquí me planteo dos cuestiones: la primera ¿con el tiempo desaparecerá también la barba de nuestro cuerpo?, y la segunda; junto al resto de la fisionomía del hombre, ¿puede haber evolucionado la barba?
A la primera cuestión respondería que sí, ya que al desprendernos de la mayoría de nuestro pelaje, la barba también es un posible candidato a extinguirse como cualquier tipo de pelo en el cuerpo. La clave radica en su utilidad, lo que nos lleva a la siguiente pregunta: ¿es útil la barba? Podríamos enfocarlo de diversas maneras. Una sería pensar que dada la fragilidad de la piel en el rostro, la barba es un protector ante las temperaturas más frías, y mientras no dispongamos de una protección artificial, ésta seguirá cumpliendo una función vital por muchos años. Otro punto de vista es el de la mujer. Si ellas, que en la antigüedad también eran portadoras de vello facial, en la actualidad carecen de este apéndice, ¿no podría el hombre sucumbir al mismo proceso que sufrieron ellas? Desconozco la evolución que sufrió el vello facial femenino, así que mientras no averigüe su proceso la duda permanecerá sin respuesta. Por otro lado, en los nativos del continente americano tal vez se halle la respuesta, pues estas tribus, comprobado está, no poseen pelo en la cara. Seguramente la temperatura que allí reina, más cálida que en el continente europeo, sea la causante de esta discordia, y la respuesta a mi pregunta. ¿Pero entonces, por qué la mujer europea no conserva su vello facial y el hombre sí? Creo que he llegado a un punto muerto.
Con respecto a la segunda cuestión, cada país, cada cultura, posee un tipo de vello diferente según las características de su entorno, por lo tanto, podríamos asegurar que la barba ha sido condicionada por el clima, y con el tiempo, ésta se ha ido adaptando a las condiciones climatológicas. La prueba más evidente la podemos hallar en una comparativa entre europeos y asiáticos. Los primeros, con un clima más frío y adverso, son capaces de desarrollar profundas y largas barbas que los protejan en el invierno de la nieve y la congelación, mientras que en Asia, con un clima más templado, la evolución ha propiciado escasa protección a sus caras, y por tanto, un vello facial más escaso y débil. En diversos dibujos he podido observar que los hombres que se han formado cerca del océano Índico, acaso no poseen más que ligeros bigotes y raquíticas barbas, más cercanas a la ornamentación que a la utilidad. Así, creo poder argumentar, que la evolución, en una visión global sobre el hombre, afecta tanto a su fisionomía que el vello, en todo su cuerpo -incluida la cara-, también se ha visto condicionado por ella. El tiempo será juez y testigo de los pasos que haya de seguir la barba, pues es causa directa de su formación, o extinción."
"¿De dónde viene la barba? ¿Acaso es una parte de los restos del pelaje que poseían nuestros antepasados cuya función radicaba en protegernos del frío? Seguramente. Si pongo en práctica mi teoría de la evolución, anteriormente, todo nuestro cuerpo estaba cubierto por un pelaje, como pudiera ser el que tienen ciertos animales hoy en día, del cual nos hemos desprendiendo poco a poco debido a que lo hemos ido sustituyendo por pieles y otras formas de abrigarnos, y ha terminando por perder su función. Pero, entiendo yo, que conservamos entonces aquél que todavía nos hace falta como es el vello facial. A partir de aquí me planteo dos cuestiones: la primera ¿con el tiempo desaparecerá también la barba de nuestro cuerpo?, y la segunda; junto al resto de la fisionomía del hombre, ¿puede haber evolucionado la barba?
A la primera cuestión respondería que sí, ya que al desprendernos de la mayoría de nuestro pelaje, la barba también es un posible candidato a extinguirse como cualquier tipo de pelo en el cuerpo. La clave radica en su utilidad, lo que nos lleva a la siguiente pregunta: ¿es útil la barba? Podríamos enfocarlo de diversas maneras. Una sería pensar que dada la fragilidad de la piel en el rostro, la barba es un protector ante las temperaturas más frías, y mientras no dispongamos de una protección artificial, ésta seguirá cumpliendo una función vital por muchos años. Otro punto de vista es el de la mujer. Si ellas, que en la antigüedad también eran portadoras de vello facial, en la actualidad carecen de este apéndice, ¿no podría el hombre sucumbir al mismo proceso que sufrieron ellas? Desconozco la evolución que sufrió el vello facial femenino, así que mientras no averigüe su proceso la duda permanecerá sin respuesta. Por otro lado, en los nativos del continente americano tal vez se halle la respuesta, pues estas tribus, comprobado está, no poseen pelo en la cara. Seguramente la temperatura que allí reina, más cálida que en el continente europeo, sea la causante de esta discordia, y la respuesta a mi pregunta. ¿Pero entonces, por qué la mujer europea no conserva su vello facial y el hombre sí? Creo que he llegado a un punto muerto.
Con respecto a la segunda cuestión, cada país, cada cultura, posee un tipo de vello diferente según las características de su entorno, por lo tanto, podríamos asegurar que la barba ha sido condicionada por el clima, y con el tiempo, ésta se ha ido adaptando a las condiciones climatológicas. La prueba más evidente la podemos hallar en una comparativa entre europeos y asiáticos. Los primeros, con un clima más frío y adverso, son capaces de desarrollar profundas y largas barbas que los protejan en el invierno de la nieve y la congelación, mientras que en Asia, con un clima más templado, la evolución ha propiciado escasa protección a sus caras, y por tanto, un vello facial más escaso y débil. En diversos dibujos he podido observar que los hombres que se han formado cerca del océano Índico, acaso no poseen más que ligeros bigotes y raquíticas barbas, más cercanas a la ornamentación que a la utilidad. Así, creo poder argumentar, que la evolución, en una visión global sobre el hombre, afecta tanto a su fisionomía que el vello, en todo su cuerpo -incluida la cara-, también se ha visto condicionado por ella. El tiempo será juez y testigo de los pasos que haya de seguir la barba, pues es causa directa de su formación, o extinción."
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