La mujer barbuda, verdad o
mito
Casi siempre, al referirnos
a la barba lo hacemos como si de algo exclusivamente masculino se tratase, no
obstante resulta curioso fijarnos como a lo largo de la historia se viene
haciendo mención al personaje comúnmente conocido como “mujer barbuda”.
Esta figura se suele
enmarcar en el contexto del mundo de las ferias o circos de finales del siglo
XVII y principios del XX, lugares donde
los “fenómenos de circo” constituían una poderosa arma de atracción para el
publico y mujeres barbudas, enanos, forzudos, etc. eran exhibidos para divertir
al publico.
La figura de esta mujer que
tiene vello se suele atribuir a algún tipo de engaño, como que la barba sea
postiza, o que sea un hombre vestido como una mujer, no obstante, en algunos
casos( siempre puede haber habido fraudes), este hecho se debe a una enfermedad
llamada hirsutismo, un trastorno que
provoca el crecimiento del vello de la mujer de una forma similar a como se
produce en los hombres, es decir, en cara, cuello, patillas, barbilla, areolas mamarias, tórax,
en área inmediatamente superior o inferior al ombligo, así como en muslos,
espalda.
Este
trastorno se calcula que afecta a entorno al 10% de las mujeres en edad fértil
y por lo general, es idiopático, pero puede estar relacionado al exceso de
andrógenos, como el síndrome de ovario poliquístico o la hiperplasia
suprarrenal congénita.
Está
determinado por el aumento de los niveles o de respuesta a las hormonas
androgénicas ováricas o suprarrenales que en el folículo piloso se transforman
en 5-alfa-reductasa, facilitando la conversión de vello en pelos terminales de
los folículos pilosos con sensibilidad a los andrógenos.
La
manifestación puede ser de forma leve o grave, el limite esta establecido por
diferencias culturales.
A
pesar de enmarcar este fenómeno en un entorno de ferias ambulantes, existen
informaciones que tratan este tema con muchos siglos de antelación a la aparición
de estos circos ambulantes. En diferentes momentos de la historia se habla de
ellas como brujas, que provocaban miedo a sus coetáneos, y del ese temor se
paso a la burla e insulto.
Uno
de los testimonios más conocidos de estas “mujeres barbudas” es el cuadro del
pintor renacentista José de Ribera en 1631 a Magdalena Ventura de los Abruzos,
junto a su hijo y su marido.
La
manifestación mas extrema de esta enfermedad es la hipertricosis o
"síndrome del hombre lobo", que provoca el crecimiento de vello en
toda la superficie corporal.
El
caso mas famoso es el de la mexicana Julia Pastrana (1835 – 1860), también
conocida como "la maravillosa
híbrida", la "mujer oso", o también llamada como "La mujer
más fea del mundo".
Su
aspecto simiesco, al estar completamente cubierta de pelo, unido a su 1,40
metros de altura llevaron a que esta mujer fuese estudiada por científicos de
talla mundial, aunque tratada siempre como una curiosidad de la naturaleza, un híbrido
de simio y humano.
A
pesar de todo, Julia se caso con su manager, Theodore Lent, con el cual tuvo un
hijo que murió en el parto y provoco que cinco días más tarde la madre también
falleciera. A su muerte, el viudo Lent vendió los cadáveres de su mujer e hijo a
un profesor de la universidad de Moscú. Los disecaron y momificaron para poder
exhibirlos y lograron una gran atracción de público.
Hoy
en día ante este trastorno, se emplea un tratamiento hormonal, así como estético
si fuese necesario, que hace que las manifestaciones sean moderadas y las
mujeres que la sufren puedan llevar una vida casi normal
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