domingo, 8 de diciembre de 2013

La mujer barbuda, verdad o mito

La mujer barbuda, verdad o mito

Casi siempre, al referirnos a la barba lo hacemos como si de algo exclusivamente masculino se tratase, no obstante resulta curioso fijarnos como a lo largo de la historia se viene haciendo mención al personaje comúnmente conocido como “mujer barbuda”.
Esta figura se suele enmarcar en el contexto del mundo de las ferias o circos de finales del siglo XVII y principios del  XX, lugares donde los “fenómenos de circo” constituían una poderosa arma de atracción para el publico y mujeres barbudas, enanos, forzudos, etc. eran exhibidos para divertir al publico.
La figura de esta mujer que tiene vello se suele atribuir a algún tipo de engaño, como que la barba sea postiza, o que sea un hombre vestido como una mujer, no obstante, en algunos casos( siempre puede haber habido fraudes), este hecho se debe a una enfermedad llamada hirsutismo, un trastorno que provoca el crecimiento del vello de la mujer de una forma similar a como se produce en los hombres, es decir, en cara, cuello, patillas, barbilla, areolas mamarias, tórax, en área inmediatamente superior o inferior al ombligo, así como en muslos, espalda.
Este trastorno se calcula que afecta a entorno al 10% de las mujeres en edad fértil y por lo general, es idiopático, pero puede estar relacionado al exceso de andrógenos, como el síndrome de ovario poliquístico o la hiperplasia suprarrenal congénita.
Está determinado por el aumento de los niveles o de respuesta a las hormonas androgénicas ováricas o suprarrenales que en el folículo piloso se transforman en 5-alfa-reductasa, facilitando la conversión de vello en pelos terminales de los folículos pilosos con sensibilidad a los andrógenos.
La manifestación puede ser de forma leve o grave, el limite esta establecido por diferencias culturales.
A pesar de enmarcar este fenómeno en un entorno de ferias ambulantes, existen informaciones que tratan este tema con muchos siglos de antelación a la aparición de estos circos ambulantes. En diferentes momentos de la historia se habla de ellas como brujas, que provocaban miedo a sus coetáneos, y del ese temor se paso a la burla e insulto.
Uno de los testimonios más conocidos de estas “mujeres barbudas” es el cuadro del pintor renacentista José de Ribera en 1631 a Magdalena Ventura de los Abruzos, junto a su hijo y su marido.



La manifestación mas extrema de esta enfermedad es la hipertricosis o "síndrome del hombre lobo", que provoca el crecimiento de vello en toda la superficie corporal.
El caso mas famoso es el de la mexicana Julia Pastrana (1835 – 1860), también conocida como  "la maravillosa híbrida", la "mujer oso", o también llamada como "La mujer más fea del mundo".




Su aspecto simiesco, al estar completamente cubierta de pelo, unido a su 1,40 metros de altura llevaron a que esta mujer fuese estudiada por científicos de talla mundial, aunque tratada siempre como una curiosidad de la naturaleza, un híbrido de simio y humano.

A pesar de todo, Julia se caso con su manager, Theodore Lent, con el cual tuvo un hijo que murió en el parto y provoco que cinco días más tarde la madre también falleciera. A su muerte, el viudo Lent vendió los cadáveres de su mujer e hijo a un profesor de la universidad de Moscú. Los disecaron y momificaron para poder exhibirlos y lograron una gran atracción de público.

Hoy en día ante este trastorno, se emplea un tratamiento hormonal, así como estético si fuese necesario, que hace que las manifestaciones sean moderadas y las mujeres que la sufren puedan llevar una vida casi normal



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