No podíamos pasar por alto a una casta de barbudos como
los piratas, y nadie más representativo para ese papel que el creador del “look
pirata”. Fue uno de los piratas más temidos de la historia –sino el que más-;
comenzó la Edad de Oro de la piratería y sembró el terror por todas las costas
caribeñas y de Carolina del Norte entre 1716 y 1718. Hablo de Edward Teach, más
conocido como Barbanegra.
Se cree que nación en Bristol y que tuvo hasta catorce
mujeres, pero no hay nada seguro cuando hablamos de Barbanegra; sí se puede
afirmar que su última mujer fue Mary Ormond.Teach no sólo fue un quebradero de
cabeza para comerciantes y gobernantes por sabotajes, pillajes, desordenes o
asesinatos, sino que su mera reputación fue sinónimo de inestabilidad en toda
la región del oeste atlántico.
Comenzó su carrera naval en la época de la Guerra de
Sucesión española (1700-1713). Aprendió el oficio bajo la dirección de pirata británico Benjamin Hornigold, y su mayor victoria en las peligrosas aguas caribeñas fue el derrocamiento de la Royal Navy Scarboroughy.
Gran parte de esa reputación se la ganó a pulso gracias a la imagen que
ofrecía a sus enemigos, los cuales la extendieron por todo el continente al
relatar sus horribles pérdidas a manos del pirata demonio. Teach, de gran
estatura, solía mostrarse en público con un tricornio lleno de plumas, armado
con varias espadas, cuchillos y una pistolera con tres juegos de pistolas. Pero
lo más llamativo era su entrada en combate. Para provocar pánico en el bando
contrario, Barbanegra acicalaba su barba oscura con mechas de cañón que
encendía en el momento justo para provocar una imagen demoníaca de sí mismo.
Su declive llegó a manos del Gobernador de Virginia,
quien, tras las continuas quejas y ruegos de la población local, mandó su flota
contra él y le venció gracias a la superioridad en armas y a que en el momento
del ataque la mayoría de la tripulación pirata se encontraba en tierra. El
teniente Robert Maynard, oficial a cargo de la armada inglesa, lo decapitó y
colgó su cabeza en el patio de la guarnición de Hampton.
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