Lo primero que he de afirmar es que no soy ningún experto en el tema y en esta entrada simplemente recojo la información que he encontrado en diversas páginas web dada la curiosidad que me suscitó el asunto. Según parece, el profeta Mahoma portó durante toda su vida la barba, y por lo tanto la mayoría de sus seguidores decidieron hacer lo mismo que él y le imitaron en ese aspecto. Es una forma de mostrar públicamente las creencias de uno mismo -los islamistas, además de por otros aspectos, son fácilmente reconocidos a la primera gracias a su barba- y una forma de alabar y ensalzar al profeta de Dios que fue Mahoma. Por lo tanto, no es obligatorio ni su uso ni su exhibición pública aunque esté muy extendida por todo el mundo islámico.
Pero hay otras vertientes, corrientes o interpretaciones más radicales, que sí consideran que dejarse en un asunto más allá del deseo pesonal y por lo tanto ha de ser obligatorio para todo aquél que profese la fe de Mahoma. Según recogen los defensores de esta vertiente, Ibn Umar apuntó las palabras del Profeta por las cuales mandaba a sus seguidores y fieles a Allah dejarse barba. Decían: "Recorten cerca del bigote y dejen crecer la barba para estar en contradicción con los Mushriks" -aquellos que asocian a Allah con otro culto-. De acuerdo con la narración de Al-Bukhari en su Sahih, el Profeta dijo: "Recorten cerca del bigote y hagan crecer la barba para estar en contradicción con los idólatras". Y también en el Sahih, Abu Hurairah recoge que el Profeta dijo: "Recorten cerca del bigote y dejen crecer la barba para oponerse al hechicero".
Sea de una forma u de otra, lo cierto es que la mayoría de los islamistas son portadores de barbas aunque no sea de obligada condición. Para la mujer es caso es totalmente el opuesto ya que el vello, en cualquier parte de su cuerpo, es un símbolo de suciedad e impureza y por ello deben ir depiladas en todo momento sin que halla una sombra de pelo en su cuerpo.
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